A pocos días de que se cumpla un año desde que la UNESCO declarase al
flamenco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, se ha celebrado en Sevilla el I
Congreso Internacional de Flamenco. Han sido tres días en los que unos 200
profesionales del arte jondo han debatido sobre el pasado, el presente y el
futuro de esta manifestación artística.
El objetivo principal del encuentro ha sido crear un foro de
reflexión entre los representantes que conforman el flamenco, impulsar la
investigación en esta materia, exponer los cambios más importantes en el sector
y mostrar su impacto en el mercado.
Participantes del Congreso en el convento de Santa Clara de Sevilla/EL PAÍS |
Uno de los debates más
interesantes ha sido el llamado La mirada
del arte. En él, varios de los participantes, como la bailaora Eva
Yerbabuena, el guitarrista Gerardo Núñez y el cantaor Arcángel han apostado por
la proliferación de actividades privadas que permitan una mayor competitividad
del flamenco frente a otras manifestaciones musicales a nivel internacional.
Varios artistas, en este sentido,
coincidieron e hicieron autocrítica por la sobreprotección que la
Administración Pública ha ejercido sobre el flamenco. Consideran que “son los
profesionales quienes deben asumir las iniciativas privadas y ser más
responsables de sus carreras artísticas”. Incluso llegaron a denunciar
públicamente que los gobiernos “deben cuidar de no hacer competencia desleal a
esas iniciativas privadas programando gratis”.
En relación con ello, la mesa de
reflexión La Estructura del Flamenco debatió sobre la gestión
del flamenco. Artistas, peñas, administraciones y empresarios declararon que el
flamenco contemporáneo se había vuelto muy complejo lo que ha permitido tanto
su profesionalización como la aparición de la relación existente entre el
flamenco y el poder.
El encuentro, organizado por la
Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a través del Instituto Andaluzdel Flamenco, ha servido también para que los artistas demandaran la inclusión
de la enseñanza del flamenco en el ámbito educativo, especialmente en los
conservatorios y las universidades. Se trata de una iniciativa que propuso el
presidente de la Junta, José Antonio Griñán, tan solo un día después de la
declaración de la UNESCO.
Las conclusiones de todos estos
análisis y reflexiones darán lugar a la redacción y edición en el próximo año del
Libro Blanco del Flamenco, un texto con el que se pretende consensuar la forma
de gestionar en un futuro esta manifestación artística.
Fuentes:
Pienso que la popularización que el flamenco está consiguiendo ultimamente puede volverse contraproducente y llevar a una mercantilización que ahogue el verdadero duende del buen flamenco. De todas formas, todo análisis es bienvenido y seguro que de este Congreso surgen ideas importantes que ayuden a conocer mejor nuestro patrimonio cultural más internacional.
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